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martes, 16 de agosto de 2011

De camino a Oklahoma, pero esta vez Oklahoma City

Salimos pronto buscando el museo que hemos leído en la guía, el Darryl Starbird's Custom Museum. Una vez más, nos cuesta más de lo previsto dar con él. Horrible comienzo, pérdida de ruta. Realmente está fatal identificada. El museo pertenece a un tipo, el tal Darryl que se ha dedicado a recuperar coches antiguos, tunear unos cuantos y a inventarse otros muchos. La entrada son 8$ y si te gustan los coches no dejes de ir. Geni, condicionado tal vez por su profesión, lo disfruta más que ninguno. La verdad es que hay coches que son espectaculares.
Alvaro, Marian y Geni en el coche que quieren robar :P
El coche de los Autos Locos que ha
replicado él mismo con sus manitas
La siguiente parada es Vinita, una ciudad "famosa" por muchas cosas, entre ella por tener el McDonalds más grande del mundo -a los que estuvisteis en Moscú, que sepáis que ese es el segundo más grande, nos mintieron!!!-, su festival de Criadillas fritas que se celebra en septiembre -realmente es una pena no haber coincidido- y sus tiendas de antigüedades. Ahí peco, me compro una tele de los años sesenta de las redonditas y una calculadora antigüa Remington, chulísimas, no sé cómo me las llevaré a España pero me encantan...
Por la ruta paramos en Totem Pole Park, un lugar muy recomendado en todas las guías por ser un sitio en el que se encuentra el tótem más grande del mundo. Ni qué decir tiene que nos pareció, como dice Marian, un lugar al que llevar a los niños de su cole. A Geni, sin embargo, le encantó. Vaya por él esta fotito.
Geni en el super tótem
Y por fin llega el ansiado momento en Catoosa en el que Marian, que lleva conduciendo todo el día, se encuentra con la Blue Whale, la ballena azul que tanto llevaba esperando. Se trata de una construcción que Hugh Davis regaló a principios de los 70 a su mujer Zelta por su aniversario dado que ella coleccionaba ballenas. Ríete del Taj Mahal, esto sí que es amor!!! Se puede entrar en su interior y tiene rampas y toboganes que llevan al agua, ventanas e incluso una escalera por la que acceder a un segundo piso. Era utilizada por la familia como lugar de ocio. Los viajeros de la ruta la también comenzaron utilizándola y acabó siendo abierta al público. Hoy en día sólo se visita, el estanque es más que verde lleno de algas y peces extraños y ojalá no se te caiga nada al agua porque si es por mí, ahí se queda.
Marian y Susana haciendo de ballenas en la Ballena Azul
En Tulsa nos llama la atención los edificios Art Decó. Tema: Este estilo no es exactamente lo que en Europa entendemos por Art Decó. Se trata de un estilo que mezcla las líneas rectas en la estructura con formas redondeadas en la parte superior en su mayor parte de cemento pintado. Muchas veces está más cerca de un modernismo incipiente con toques poperos, que del auténtico Art Decó, pero es muy chulo.
Iglesia de Tulsa en la Avenida Boston
La comida es en el 5&Dinner. Un local muy chulo que recrea el rollo de American Graffiti. Cada mesa tiene una mini juke box, los baños son preciosos, el ambiente megaretro... nos encanta.
En la foto no se nota pero la roller girl es igual que Tita Cervera
Al ladito mismo del 5&Dinner está la tienda Harley. Tan sólo compramos el body de Noam, pero la visita merece la pena. No hemos visto tantas motos juntas en la vida. 
Los tres malotes en la tienda Harley
Y un vídeo para ver lo chula que es...




En Arcadia encontramos uno de los pocos graneros que hay en E.UU. con forma redondeada -apenas hay más de 20 en todo el país-. Se debe a que los tornados, cuando pasan por edificios con ésta forma, no los elevan, sino que los evitan y no sufren ni cero esa fuerza de la naturaleza. Éste data de xxx y toda la estructura, salvo el techo que tuvieron que cambiarlo hace unos años porque se colapsó, es original. Ahora mismo tiene la parte inferior dedicada a un museo de la ruta y la segunda a zona de eventos. No podemos ver ni la una ni la otra porque lo pillamos cerrado, pero vemos el edificio por fuera que es una pasada.


También en Arcadaia está Pops, un garito al lado de la carretera con más de 500 sodas diferentes. Es muy nuevo y, siguiendo con la tradición de la ruta, han instalado una botella gigante de neón a la entrada. Nosotros lo pillamos de día pero seguro que de noche mola más.


De camino a Oklahoma City nos encontramos, por sorpresa, una concentración de coches impresionante. Los coches cuidadísimos, la mayor parte de ellos con el capó abierto para ver lo impolutos que están los motores. Si tienen premios o trofeos los colocan delante, en el suelo o donde sea para exhibirlo. Los propietarios están orgullosísimos de mostrarlos, y la realidad es que tiene motivos para ello. Están tan lustrosos que la mayoría parecen recién salidos de la fábrica. Ahí va una foto de uno de ellos.
Marian intentando robar un coche, es una psicopeta
Dormimos en Oklahoma City, objetivo cumplido pero ni recordar queremos lo que nos costó encontrar hotel. Fue horrible. Dejamos para mañana el visitar la ciudad.

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