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miércoles, 10 de agosto de 2011

Chicago, día de alturas, compras y blues

El jet lag nos la sigue jugando, es cierto eso de que se necesita un día para cada hora de diferencia. Nos levantamos prontísimo y nos vamos a desayunar a una terracita muy linda cerquita del hotel donde hacen buen café. Un tema: en EE.UU. hay wifi gratis por todas partes. Si tenéis un teléfono con conexión o no os importa llevaros el ordenador haréis buen uso de él. Utilísimo para chequear de todo y estar en contacto con casa gratis.

Chicago desde la torre, te deja sin aliento!
Aprovechamos para organizarnos y hacer que nuestro segundo y último día en Chicago merezca la pena. Un día más hubiera sido perfecto pero el objetivo del viaje es la ruta y estamos encantados de haber podido al menos asomarnos al ciudad del viento. Empezamos por la torre Hancock una de las dos opciones que tiene la ciudad para ver una panorámica completa. La otra es la torre Sears. En esta última se puede uno asomar a balcones de cristal en los últimos pisos para tener una mejor sensación de la altura, pero nos decantamos por la primera porque las vistas son mil veces mejores. Audio guías y una estupenda visión de Chicago en la que todo es lo más grande o lo que antes se hizo. Si vais a pasar varios días en la ciudad lo mejor es hacer esto cuanto antes para conocer la ciudad y decidir qué merece la pena y que no. La entrada cuesta 16'80$ impuestos incluidos y te dan una audioguía en varios idiomas con recorrido para adultos y para niños. 


Salimos del John Hancock y decidimos hacer un poco de compras. Prefiero omitir esta parte del viaje, solo comentar que tuvimos que volver al hotel a dejar bolsas porque ya no podíamos caminar. Por cierto, aprovecho para comentar que los impuestos en Chicago son de 9'75%. Generalmente los precios no incluyen este porcentaje, así que tenedlo en cuenta para evitar sorpresas desagradables.


Para mamá
Comemos cerquita del hotel en un asiático baratísimo y muy rico. De ahí nos vamos a ver el ver el Art Institute of Chicago. Lamentablemente no calculamos bien los tiempos y llegamos tardísimo. América es América y tienen Late Adult fee para los que como nosotros entran con apenas tiempo para ver lo más representativo. Es imperdonable que no podamos ver más. Ahí quedan dos fotitos, una para Mamá y otra para Juan Luis. Os queremos mucho y ojala hubieseis estado aquí con nosotros…





Para Juan Luis
Vuelve a llover a lo loco y decidimos comprar un poquito más. Marian y yo nos sentimos ángeles por primera vez en Victoria’s Secret. Además de ser una tienda increíble, hacen de la compra de la ropa interior una auténtica experiencia. Te miden, te preguntan y te pasan a unas salas increíbles donde los chicos, para su desgracia, no pueden pasar. La nuestra es la sala Mónaco, cómo no, y nos llevan unas cajitas con todos los modelos para que los probemos y decidamos cuáles nos gustan más. Es una pena no poder subir las fotos de fitting room, fue divertidísimo y salimos con media tienda. Paramos a tomar una cervecita porque una vez más, estábamos agotados. Las cervezas locales, hemos de decir que no nos gustaron mucho, la 312 tremenda, otra que no me acuerdo como se llama también tremenda y la Samuel Jackson la más aceptable de todas.
Por la noche nos vamos al Kingston Mines, un garito de Blues espectacular recomendado por papá Gus, de lo mejorcito que hemos hecho en Chicago. La música increíble, la comida también pero por otras razones. Pagas 12$ por persona pero merece muchísimo la pena. Dejamos un par de vídeos que no dicen nada de lo genial que fue. Nos vamos, 3 horas largas después con ritmo de blues. El primer día que nos acostamos tarde, pero encantados de hacerlo :P






2 comentarios:

  1. Si alguien quiere comentar algo que no se corte un pelo, mola y además nos hace sentir más cerca de casa :P

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